COMUNICACIÓN Y EDUCACIÓN SOBRE EL CAMBIO CLIMÁTICO
2. Educación y formación sobre el cambio climático en el país
3. Comunicación sobre el cambio climático en el país
i. Contexto del cambio climático
México es una federación de 31 estados más la Ciudad de México. La mayoría de los documentos de comunicación y educación sobre el cambio climático se organizan a escala nacional. El presente perfil nacional brinda información sobre el enfoque que aplica México para incorporar la comunicación y la educación sobre el cambio climático a escala nacional. Asimismo, incluye ejemplos de aquellas iniciativas estatales que resultan relevantes y sobre las que México informa en sus comunicaciones oficiales.
México se encuentra entre los trópicos y los subtrópicos, tiene un clima diverso y es muy vulnerable al cambio climático. Abarca una superficie total de 1.964.375 km2, de los cuales el 12% está protegido. Según el Banco Mundial, tiene una población de 130 millones de personas (2021) y un crecimiento demográfico anual del 1,1%. El Banco Mundial informa de que México está muy expuesto a fenómenos hidrometeorológicos como los ciclones tropicales. En la "Sexta Comunicación Nacional y Segundo Informe Bienal de Actualización ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático" (2018) se informa sobre sequías e incendios forestales que afectan a la agricultura, la ganadería y la economía durante la estación seca. En otoño y en invierno, las bajas temperaturas pueden causar frentes fríos y olas gélidas que tienen diferentes efectos meteorológicos.
México es la segunda economía más importante de América Latina. Según el Atlas Global del Carbono, se trata de un país con niveles medios de emisiones; en 2020 emitió 2,8 toneladas de CO2 equivalente por persona. El mayor porcentaje de sus emisiones proviene de la agricultura (47%), la manipulación de residuos (30%) y la energía —incluido el transporte— (22%).
En 1992, México se adhirió a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) como país no incluido en el Anexo I, y en el año 2000 firmó y ratificó el Protocolo de Kyoto; en 2014, la Enmienda de Doha, y en 2016, el Acuerdo de París. En 2020, México ratificó el Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe, más conocido como el Acuerdo de Escazú, que garantiza el acceso a la información ambiental y repercute directamente en una mejora de la concienciación, la educación, el desarrollo de capacidades y la cooperación pública en materia de cambio climático.
La ciudad de Monterrey es la primera ciudad mexicana en declarar la emergencia climática, algo que anunció en la 26ª Conferencia de las Partes (2021). El Gobernador expresó el compromiso de Monterrey de frenar el cambio climático a través de medidas inmediatas como proyectos de recaudación de fondos, reforestación, restructuración de espacios públicos, gestión de los residuos y promoción de las energías limpias.
México siempre tiene en cuenta la equidad y la diversidad en su enfoque del cambio climático, por lo que se prioriza a las personas vulnerables. Según la Sexta Comunicación Nacional, desde los Acuerdos de Cancún (2011), el país fomenta activamente la incorporación de las cuestiones de género en los debates sobre el cambio climático, así como la participación activa de los pueblos indígenas en la lucha contra el cambio climático.
ii. Organismos gubernamentales pertinentes
Cambio climático
México cuenta con un sistema gubernamental integral para luchar contra el cambio climático. La Secretaría de Relaciones Exteriores acoge el punto focal nacional ACE. Es, además, el principal punto de contacto para las relaciones internacionales y establece las conexiones entre las diferentes secretarías y el resto del mundo.
En colaboración con la Iniciativa para la Financiación de la Biodiversidad, que el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) administra a escala mundial, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales administran el Fondo para el Cambio Climático. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público también se encarga de gestionar proyectos sostenibles centrados en la mitigación del cambio climático.
El Congreso de la Unión respalda la mitigación del cambio climático, y los gobiernos de los estados federados y las municipalidades también colaboran. México cuenta con un Sistema Nacional de Cambio Climático, creado en virtud de la Ley General de Cambio Climático (2012) para generar sinergias y abordar conjuntamente la vulnerabilidad y los riesgos a los que se enfrenta el país, así como para determinar medidas prioritarias de mitigación y adaptación frente al cambio climático. El sistema supone, por tanto, un mecanismo permanente para la competición, la comunicación, la colaboración, la coordinación y la consulta sobre el cambio climático en el país, además de un coordinador general de las iniciativas de México frente al cambio climático.
El Sistema Nacional de Cambio Climático forma parte de la Comisión Intersecretarial de Cambio Climático. La Comisión está formada por 14 secretarías de Estado, como, por ejemplo, la Secretaría de Educación Pública, y por el Consejo de Cambio Climático, un órgano permanente de consulta de la Comisión. El Consejo es responsable de múltiples tareas, como la aprobación de las estrategias nacionales de cambio climático y las contribuciones determinadas a nivel nacional. Se encarga de 1) coordinar las acciones de las dependencias y los organismos de la administración pública federal en materia de cambio climático; 2) formular y aplicar la políticas nacionales para la mitigación y adaptación frente al cambio climático, e 3) incorporar dichas políticas en los programas y acciones sectoriales correspondientes. Está compuesto por miembros que proceden del sector social, privado y académico y cuentan con reconocida experiencia en el cambio climático.
El Sistema Nacional de Cambio Climático está adscrito al Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (antiguo Instituto Nacional de Ecología). Dicho Instituto es responsable de realizar investigaciones técnicas y ecológicas relativas al cambio climático que contribuyen a la formulación de políticas. Junto con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), se encarga también de elaborar las comunicaciones nacionales de México ante la CMNUCC.
El Sistema Nacional de Cambio Climático también se creó en virtud de la Ley General de Cambio Climático (artículo 76, 2012) y se encuentra bajo la dirección del Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Se encarga de proporcionar a la ciudadanía y a los organismos gubernamentales información técnica sobre el cambio climático.
La SEMARNAT está a cargo de la planificación, ejecución y coordinación de las políticas ambientales, incluidas las relativas al cambio climático. Es el principal organismo gubernamental responsable de las cuestiones relacionadas con el cambio climático. La SEMARNAT colabora con la Secretaría de Educación Pública para definir la educación ambiental y llegar a la mayoría de la población mexicana.
El Servicio Meteorológico Nacional forma parte de la SEMARNAT. Se trata de un organismo que ofrece datos sobre el cambio climático y respalda el Sistema Nacional de Cambio Climático.
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural centra su trabajo en la agricultura sostenible y publica artículos sobre el cambio climático en su sitio web.
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente es un organismo administrativo independiente y adscrito a la SEMARNAT que se encarga de regular e incrementar los niveles de observancia de la normativa ambiental a fin de contribuir al desarrollo sostenible y hacer cumplir las futuras leyes ambientales. La Procuraduría también trabaja para prevenir los efectos del cambio climático y mejorar la justicia ambiental y la participación pública, un elemento de la Acción para el Empoderamiento Climático.
Educación y comunicación
La Secretaría de Educación Pública es la responsable del sistema educativo mexicano. Desde la educación preescolar hasta la educación superior, la Secretaría de Educación Pública se encarga de integrar en el sistema educativo a todos los grupos sociales, incluidos los pueblos indígenas, así como de implementar planes y materiales educativos para todos. Asimismo, colabora con numerosos organismos gubernamentales para promover la educación sobre el cambio climático y otros asuntos nacionales relacionados.
El Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE) trabaja en colaboración con la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente de los gobiernos de los estados federados para combatir el cambio climático y promover la cultura de la reforestación entre los niños y las comunidades rurales. El programa CONAFE Incluyente propicia la colaboración de las dos organizaciones en la planificación de la educación sobre la importancia del medio ambiente y el cuidado de los pueblos indígenas de México.
En 1978 se creó la Dirección General de Educación Indígena, Intercultural y Bilingüe, adscrita a la Secretaría de Educación Pública, con el objetivo de reconocer la diversidad étnica, cultural y lingüística. Promueve la educación inclusiva, igualitaria y de calidad en México. También contribuye al desarrollo de los programas educativos en las lenguas indígenas.
En 1994, la SEMARNAT creó el Centro de Educación y Capacitación para el Desarrollo Sustentable, que ofrece capacitación y educación en materias relacionadas con el desarrollo sostenible, incluido el cambio climático. Se encarga de integrar la educación ambiental en todos los niveles del sistema educativo nacional, tanto en la educación formal como en la no formal. Además, participa en actividades como la promoción de la gestión ambiental de las escuelas y el desarrollo de materiales educativos escolares.
La Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad opera bajo el mandato de la SEMARNAT en aras de promover y emprender actividades que mejoren los conocimientos sobre diversidad biológica, la conservación y el consumo sostenible. El trabajo de la Comisión se centra, principalmente, en promover la investigación y desarrollar las capacidades humanas relacionadas con la informática de la biodiversidad. Se trata de información y conocimientos que son accesibles para toda la sociedad.
La Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad implementa directrices y políticas para el personal de educación primaria. El objetivo es mejorar permanentemente su desempeño ante los desafíos nacionales y mundiales.
En 2019 se disolvió el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación y se creó la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación, que evalúa la calidad, el desempeño y los resultados del sistema educativo nacional y tiene como objetivo mejorar continuadamente la educación básica, la educación secundaria superior y la educación inclusiva y de adultos. Desarrolla investigaciones, evaluaciones, indicadores y directrices, entre otras acciones que contribuyen a la consecución de los objetivos educativos. Algunos de los datos recopilados por el Instituto hacen referencia a la comunicación y la educación sobre el cambio climático.
El Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales garantiza que todos los organismos públicos en México ofrezcan información pública a solicitud de la ciudadanía.
Son varias las organizaciones no gubernamentales y organizaciones de la sociedad civil que están involucradas en la educación sobre el cambio climático en México, a menudo con apoyo gubernamental. Por ejemplo, un grupo de docentes estudiosos del cambio climático crearon la Academia Nacional de Educación Ambiental, que fortalece los proyectos de investigación, los programas y planes académicos, y las estructuras de formación en materia de educación ambiental y cambio climático. Desde finales de 2018 (cuando en México se reformó el sistema administrativo y educativo) Educación Ambiental México, una red de 15 organizaciones no gubernamentales entre las que se encuentran EarthxMexico, Telar Social y la Fundación EDUCA, colaboró en el diseño y la realización de reformas en todos los sistemas educativos del país. Otro ejemplo es el Centro de Información y Comunicación Ambiental de Norte América, que promueve la educación sobre el cambio climático mediante la provisión de materiales educativos específicos para el alumnado escolar y el personal docente en formación.
Además, el Centro Mario Molina, una asociación sin ánimo de lucro, está comprometido con la cooperación para la protección ambiental, la gestión de la energía y la prevención del cambio climático, lo que contribuye al desarrollo sostenible. La asociación relaciona los conocimientos científicos con las políticas nacionales, lleva a cabo investigaciones en la materia, colabora en la formulación de políticas, y trabaja en paralelo a las universidades y las instituciones públicas, entre otros organismos, para desarrollar, por ejemplo, iniciativas educativas y programas de formación docente sobre el cambio climático.
iii. Leyes, políticas y planes pertinentes
Cambio climático
En 2012, el Gobierno de México aprobó la Ley General de Cambio Climático. Se trata del principal marco jurídico para la coordinación, supervisión y planificación de políticas nacionales sobre mitigación y adaptación frente al cambio climático. La Ley se ha modificado en varias ocasiones, la última en 2018 con el fin de cumplir el Acuerdo de París y mejorar la transparencia sobre las medidas frente al cambio climático para facilitar la evaluación y la comunicación de los avances nacionales. La Ley respalda la implantación de la educación sobre el cambio climático, campañas de concienciación, consumo sostenible y estrategias de adaptación y mitigación; las autoridades gubernamentales y las municipalidades colaboran para incorporar el debate sobre el cambio climático en los organismos gubernamentales.
La Ley General de Cambio Climático sienta las bases para la Estrategia Nacional de Cambio Climático del Ecuador (2013), en la que se establecen estrategias a medio y a largo plazo. La estrategia abarca tres áreas de trabajo específicas: las políticas nacionales sobre el cambio climático, la adaptación a los efectos del cambio climático y el desarrollo con bajas emisiones (mitigación). Implementa políticas para una serie de mejoras progresivas previstas para los próximos 10, 20 y 40 años. Se centra en la educación ambiental con el fin de concienciar a las generaciones actuales y futuras, reducir la vulnerabilidad y mejorar la resiliencia frente al cambio climático. Por último, se propone reforzar la comunicación y la educación sobre el cambio climático y, en general, promover, mediante la comunicación y la educación, el desarrollo de una cultura sensibilizada con las cuestiones climáticas.
Asimismo, la Ley General de Cambio Climático también sienta las bases del Programa Especial de Cambio Climático (2021-2024) para estrategias a corto plazo. La SEMARNAT presentó dicho programa, que sigue las directrices del Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024. El programa tiene como objetivo mejorar la colaboración en los planes sectoriales de las diferentes secretarías. Entre las metas principales del programa se encuentran la reducción de la vulnerabilidad de la población ante el cambio climático, la protección de la biodiversidad y el sector productivo, la reducción de los gases de efecto invernadero y el fortalecimiento de la coordinación política de las medidas sobre el cambio climático. La comunicación y la educación sobre el cambio climático forman parte del programa.
El Programa Sectorial de Medio Ambiente y Recursos Naturales 2020-2024 incluye nuevas iniciativas para actualizar y reforzar las estrategias frente al cambio climático, particularmente en relación con el seguimiento, la comunicación y la educación. Promueve, además, la colaboración entre las instituciones con capacidad para conseguir las metas establecidas.
Educación y comunicación
En México, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (1917) garantiza el derecho a la educación y responsabiliza al Estado de la educación obligatoria hasta la educación secundaria superior. En 2019, se reformó la Constitución para incorporar el conocimiento y el respeto del medio ambiente como requisitos básicos de la educación. La protección ambiental es ahora un elemento central del plan de estudios mexicano.
La Ley General de Educación (1993) garantiza un marco jurídico para la educación sobre el cambio climático; así, establece como una cuestión prioritaria la inclusión en la educación formal de las ciencias ambientales, el desarrollo sostenible, el respeto por el medio ambiente y la prevención del cambio climático (artículo 7). En la informe presentado por el país sobre la Acción para el Empoderamiento Climático de 2020 se recoge lo siguiente: En el verano de 2019, el Ministerio de Educación, con apoyo del Senado, lideró una reforma constitucional del artículo 3 sobre la educación a fin de incluir el desarrollo sostenible en los requisitos de los planes de estudios nacionales. Como resultado, se reformó la legislación secundaria, como la Ley General de Educación (artículos 13, 15, 16 y 27), que ahora exige programas educativos cuyo objetivo sea el desarrollo de capacidades para la gestión de recursos, el desarrollo sostenible y la resiliencia climática. También exige a la Secretaría de Educación Pública que examine todo los programas educativos y los materiales relacionados para garantizar la aplicación de la ley (pág. 1).
En 2020, la Iniciativa con Proyecto de Decreto por el que se Reforman Diversas Disposiciones de la Ley General de Educación en materia de Medio Ambiente y Cambio Climático modificó o añadió nuevas directrices a la Ley General de Educación. Se trataba de una iniciativa presentada por senadores parlamentarios que tuvo en cuenta consideraciones, compromisos y factores nacionales e internacionales. El Decreto respondía a la finalidad de reforzar la legislación con el fin de empoderar a la ciudadanía y promover el desarrollo sostenible, la protección del medio ambiente y la concienciación sobre el cambio climático, así como la adopción de medidas de mitigación y adaptación para enfrentarse mejor el cambio climático.
La nueva Ley General de Educación (2019) hace referencia al cambio climático al menos en cuatro ocasiones: en el apartado VIII del artículo 15 (“De los fines de la educación”), en el apartado V del artículo 16 (“De los criterios de la educación”) y en los apartados XVI y XVII del artículo 30 (“De los planes y programas de estudio”). El artículo 15 alude a “inculcar el respeto por la naturaleza, a través de la [...] resiliencia frente al cambio climático” (pág. 51). El artículo 16 se centra específicamente en la reducción y prevención del cambio climático. Estos principios se encuentran también en la legislación de algunos estados mexicanos, como Tamaulipas (apartado XIII del artículo 8) y, con la reforma de su Ley de Educación del Distrito Federal, también la Ciudad de México. En la Ley General del Servicio Profesional Docente (2018) se hace referencia a la Ley General de Cambio Climático.
En la Ley General de Educación Superior (2021) se establece la obligación del Gobierno de garantizar el derecho a la educación superior. La Ley establece la coordinación, evaluación, financiación, incorporación y regulación de la educación superior pública, así como la participación social y privada.
En México, el marco curricular nacional de la Educación Básica (2011) establece las directrices de los procesos de aprendizaje, el plan de estudios, los perfiles de egreso y el aprendizaje que se espera del alumnado de las escuelas primarias. Las escuelas están obligadas a utilizar el marco curricular. En él se pone de relieve el acceso a la educación y se considera que la educación ambiental es relevante para la sociedad. En agosto de 2022, el nuevo marco curricular nacional de la Educación Básica (2022) seguía en la fase de debate y consultas para su implementación adecuada en el sistema educativo mexicano. Este nuevo marco curricular se propone incluir directrices para mejorar y fortalecer las competencias y los conocimientos que el alumnado adquirirá y pondrá en práctica en pos de un país y un mundo mejores. En él se especifican los niveles educativos para la mejora de la planificación, el aprendizaje cognitivo y el desarrollo de capacidades. Tiene como objetivo mejorar la reflexiones, la comprensión y el desarrollo de criterios de pensamiento para encontrar soluciones a problemas mundiales como el cambio climático y la protección ambiental. Por ejemplo, tras un proceso de aprendizaje práctico y cognitivo, se anima a los egresados en Educación Básica a que participen en la acciones y medidas de protección ambiental para que la sociedad sea más resiliente al cambio climático.
El nuevo marco curricular para la Educación Secundaria Superior (2017) se ha diseñado teniendo en cuenta los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Se centra en la formación de un alumnado con conocimientos y competencias que le permitan desarrollarse en el ámbito académico, profesional y vital. Está orientado a resultados e incluye referencias al cambio climático.
El Programa Sectorial de Educación (2020-2024) evaluó las carencias del sector educativo y estableció seis objetivos prioritarios para abordarlas: 1) garantizar el acceso a la educación de todas las personas; 2) garantizar una educación de calidad; 3) garantizar la evaluación de la docencia y la mejora de las instalaciones; 4) fomentar estilos de vida saludables; 5) mejorar la participación eficaz de todos los sectores del gobierno, e 6) involucrar a la ciudadanía para mejorar el sistema educativo.
En 2019, la Ciudad de México reformó la legislación educativa del distrito federal y dio un importante paso para la educación ambiental, pues estableció la obligación de que las escuelas públicas incluyeran y proporcionaran educación ambiental como parte de su plan de estudios. La iniciativa discurre en paralelo a otras directrices y estructuras creadas por la Secretaría de Educación Pública. Los legisladores y las partes interesadas consideran que la educación ambiental es necesaria y esencial para conseguir el cambio que todos queremos y que las generaciones futuras se merecen (sin número de pág.).
iv. Terminología utilizada para la educación y comunicación sobre el cambio climático
En México, para la comunicación y la educación sobre el cambio climático se emplean diferentes términos y conceptos, principalmente educación ambiental, cultura climática y desarrollo sustentable. El Gobierno fomenta el término educación para el desarrollo sostenible, aunque son muchos los educadores ambientales que utilizan el concepto de sostenibilidad y obvian la noción de desarrollo.
Por ejemplo, en la Estrategia Nacional de Cambio Climático (2013) se menciona la importancia de la adquisición de conocimientos como un elemento clave para la protección del desarrollo sostenible:
Un tema de especial importancia en el combate al cambio climático es la generación de conocimiento formal y su aplicación en técnicas, procedimientos y tecnologías mediante el uso de la ciencia, la innovación tecnológica y la educación como medios para proteger y mantener el desarrollo sustentable (pág. 24).
México trabaja en pos de desarrollar una “cultura climática” en la sociedad. Según el Programa Especial de Cambio Climático (2021), ello consiste en “difundir y comunicar el conocimiento y contribuir a la educación y concientización de la población de forma incluyente en materia del cambio climático, para fortalecer la conciencia social, el desarrollo de una cultura climática” (pág. 40).
En la Sexta Comunicación Nacional (2018) se menciona el desafío de incorporar el cambio climático y las dimensiones ambientales en todos los planes de estudio. El cambio climático se incluye en la educación ambiental con el objetivo de prevenir futuros fenómenos climáticos.
La educación ambiental debe ser un eje transversal con la intención de promover conocimientos, valores, actitudes y habilidades para que los alumnos participen en el análisis, la prevención y la reducción de problemas ambientales, así como en favorecer el mejoramiento de la calidad de vida de las generaciones presentes y futuras (pág. 371).
En las contribuciones determinadas a nivel nacional (actualizadas en 2020) se menciona la educación sobre el cambio climático y se incluyen las medidas de Acción para el Empoderamiento Climático que se van a aplicar en México.
La NDC refuerza los medios de implementación para atender objetivos de desarrollo de la ciencia y tecnología, fomento a la investigación, educación, formación, sensibilización social, acceso a la información y participación ciudadana en un marco de innovación tecnológica constante para lograr una territorialización y apropiación plena de las acciones de adaptación y mitigación (pág. 10).
Algunos de los libros de texto gratuitos de la educación pública abordan el cambio climático, el desarrollo sostenible y el calentamiento global, sobre todo en Ciencias Naturales. Por ejemplo, el libro de texto de Ciencias Naturales correspondiente a 6º grado incluye una sección titulada “Relación de la contaminación del aire con el calentamiento global y el cambio climático” (pág. 72) en la que figuran otros términos relativos a la comunicación y la educación sobre el cambio climático.
En México, el término comunicación y educación sobre el cambio climático se usa cada vez más. En la Sexta Comunicación Nacional se menciona la ambiciosa implementación de la Acción para el Empoderamiento Climático en la educación pública: “desde 2011, los libros de texto gratuitos de la Secretaría de Educación Pública (SEP) abordan temas vinculados con el cambio climático en la educación primaria” (pág. 18).
v. Presupuesto para la educación y comunicación sobre el cambio climático
En el presupuesto de México para 2022 se asignaron en torno a 8,7 millones de dólares de los Estados Unidos (176 millones de pesos mexicanos) al Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático. En el presupuesto se describe detalladamente el gasto destinado a combatir el cambio climático, un total de 3.300 millones de dólares de los Estados Unidos (67.000 millones de pesos mexicanos). A la educación pública sobre el cambio climático se destinan 4,4 millones de dólares de los Estados Unidos (90 millones de pesos mexicanos).
El artículo 80 de la Ley General de Cambio Climático versa sobre el Fondo para el Cambio Climático. Se trata de un organismo financiero que recauda y gestiona los recursos monetarios públicos, privados e internacionales que se destinan a asuntos relacionados con el cambio climático. Según la Sexta Comunicación Nacional, entre 2013 y 2018 el Fondo aprobó la concesión de 3,79 millones de dólares de los Estados Unidos (68 millones de pesos mexicanos) para proyectos. Se implementaron 11 proyectos, entre los que se contaban proyectos de educación.
En virtud del artículo 119 de la Ley General de Educación (2019), el presupuesto anual de la educación pública no puede ser inferior al 8% del producto interno bruto. Se trata de un aumento drástico, pues anteriormente el Gobierno destinaba cuantías más bajas. Según los datos del Banco Mundial, en 2018 México dedicó un 4,25% de su producto interno bruto. Sin embargo, no se especifica qué porcentaje de dicho gasto se dedicó a la educación sobre el cambio climático.
En las contribuciones determinadas a nivel nacional de México (actualizadas en 2020) se resalta la necesidad de encontrar opciones de financiamiento mejores y más integrales, y se aboga por la creación de una nueva estrategia nacional de cambio climático. La Estrategia Nacional de Cambio Climático (2013) tiene como objetivo “establecer los mecanismos necesarios para convertir el Fondo para el Cambio Climático en una plataforma eficiente y eficaz de canalización de recursos provenientes de otros fondos, entre ellos, los internacionales” (pág. 28).
El Programa Especial de Cambio Climático (2021-2024) encuentra una posible fuente de recursos en el Fondo Verde para el Clima, “por medio del cual se busca la movilización de recursos financieros a través de las Entidades Acreditadas para promover un cambio de paradigma hacia trayectorias de desarrollo bajo en carbono y resiliente al clima” (pág. 21).
i. El cambio climático en la educación primaria y secundaria
En México la educación pública es obligatoria hasta el último año de educación secundaria, según la normativa federal y local. La Constitución Política de los Estados Unidos de México (1917) protege el derecho a la educación en su artículo 3. La Ley General de Educación determina los contenidos de la educación ambiental. En el artículo 30, por ejemplo, se incluyen los planes y programas de estudios que integran la educación ambiental para la sostenibilidad mediante conceptos integrados en las ciencias naturales y el desarrollo sostenible.
Más del 20% de la población de México es indígena, y alrededor del 6% habla lenguas indígenas. México, a través de la Dirección General de Educación Indígena, Intercultural y Bilingüe, apuesta por la igualdad en la educación y la elaboración de libros en lenguas indígenas que aborden cuestiones sobre el cambio climático.
En 2017, el país adoptó un nuevo modelo educativo. En él hay una nueva perspectiva de la autonomía que da a las escuelas más autonomía para adaptar los materiales educativos a las necesidades, el entorno y las características específicas del alumnado.
Mediante el Convenio de Colaboración Semarnat-SEP (2021), la Secretaría de Educación Pública y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) colaboran para mejorar la educación ambiental y sobre el cambio climático, incluido el proceso de aprendizaje para docentes. El convenio se propone objetivos como incluir dimensiones ambientales en el plan de estudios, fomentar proyectos educativos de silvicultura en las escuelas y reforzar la gestión ambiental escolar. Además, se ofrecen fuentes para los materiales actuales, tanto nacionales como internacionales, a fin de que los docentes y las escuelas tengan información actualizada sobre las cuestiones relacionadas con el cambio climático.
En los primeros años, la mayoría de los niños y niñas de las escuelas preescolares aprenden sobre el cambio climático a través de asignaturas como Exploración y Conocimiento del Mundo, en la que desarrollan capacidades para participar en actividades de protección ambiental y se les conciencia sobre el tema.
Según la Secretaría de Educación Pública, las normas curriculares se establecen en el marco curricular nacional de la Educación Básica (2011), que tiene como objetivo educar a la ciudadanía y dotarla de competencias adecuadas para las demandas nacionales y mundiales. El marco curricular contiene directrices para los programas educativos y pone de relieve la necesidad de reforzar la educación ambiental, aunque no indica cómo hacerlo. En los libros de texto gratuitos de educación primaria se abordan temas relacionados con el cambio climático, sobre todo en 5º y º6 grado. El término cambio climático se menciona explícitamente en Ciencias Naturales y en Geografía, junto con otros términos como consumo energético, contaminación del aire, calentamiento global y vulnerabilidad. El estudiantado aprende sobre el cambio climático principalmente mediante la adquisición de conocimientos cognitivos. También se le anima a ajustar su comportamiento para minimizar la vulnerabilidad al cambio climático, y se aborda la huella ecológica de México en aras de la concienciación. En dichos libros se recurre a ideas como la justicia climática y se hace hincapié en el papel de México en las emisiones.
Los libros de texto gratuitos que se usan actualmente en la educación secundaria básica en México también abordan el cambio climático en Física, Biología y Química. Según la Sexta Comunicación Nacional (2018), las asignaturas están diseñadas para concienciar al alumnado sobre las acciones humanas en el medio ambiente y proponer soluciones de cara al futuro.
El nuevo plan de estudios para la Educación Secundaria Superior (2017) incluye entre sus objetivos la formación de una ciudadanía apta para los estudios superiores y el trabajo, así como la concienciación sobre asuntos nacionales y mundiales. En este nuevo plan, la meta de incorporar la educación ambiental y el desarrollo sostenible es esencial. El plan de estudios está estructurado en torno a resultados y, por ejemplo, alienta al estudiantado a aprender sobre los efectos negativos de sus comportamientos en el mundo y a cómo modificarlos. En Protección Ambiental, un estudiante de educación secundaria superior deberá prepararse para “comprender la importancia de la sustentabilidad y asumir una actitud proactiva para encontrar soluciones sustentables. Pensar globalmente y actuar localmente. Valorar el impacto social y ambiental de las innovaciones e impactos científicos” (pág. 25). Los contenidos principales de los programas de estudio se basan en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS, Agenda 2030). En las asignaturas propias de las ciencias naturales, como Ecología, Biología, Química y Física, se abordan temas del cambio climático como las causas, la prevención y las soluciones. En las asignaturas propias de las ciencias sociales se abordan contenidos sobre los problemas contemporáneos. En ellas se alienta a los estudiantes a que analicen elementos centrales de la sociedad actual, como la participación ciudadana, los derechos humanos, la desigualdad, el desarrollo sostenible y el medio ambiente, con una perspectiva global de la creciente responsabilidad social e involucrando a la ciudadanía en la justicia climática. En la sección de seguimiento del proyecto MECCE del presente perfil se puede encontrar una descripción de los tipos de palabras clave relacionadas con el cambio climático que se incluyen en los planes de estudio.
El Programa Sectorial de Educación (2020-2024) fomenta acciones para cuidar y preservar el medio ambiente en las escuelas, como el ahorro y consumo eficaz de agua y energía, la gestión de residuos, el consumo sostenible y las acciones colectivas en favor de la sostenibilidad.
El Centro de Educación y Capacitación para el Desarrollo Sustentable lleva muchos años contribuyendo a la educación ambiental. Uno de sus proyectos, Escuela Verde, se dirige a comunidades educativas para que pongan en marcha medidas educativas que aborden los efectos ambientales en aras de la mitigación y adaptación frente al cambio climático. Su objetivo de construir una comunidad responsable en términos ambientales.
El Centro de Información y Comunicación Ambiental de Norte América oferta iniciativas educativas como campamentos de verano y visitas escolares para escuelas primarias. Aborda temas como la biodiversidad urbana, el uso de plásticos, la energía, el consumo responsable, la agricultura urbana y el cambio climático.
Según la Sexta Comunicación Nacional (2018), además de los temas del plan de estudios nacional, algunos estados han creado contenidos educativos sobre el cambio climático relativos a la importancia de abordar las circunstancias locales. En la comunicación también figura que el cambio climático lleva desde 2011 formando parte del sistema educativo nacional.
ii. El cambio climático en la formación docente y los recursos didácticos
La SEMARNAT publicó su "Tercer informe de labores" (2020-2021), en el que se enumeran capacitaciones, talleres sobre el cambio climático y seminarios sobre educación ambiental para docentes. La mayoría de las actividades persiguen la incorporación de los marcos para el cambio climático y el fortalecimiento de los valores relativos al cambio climático. Otras instituciones que colaboran con la SEMARNAT en sus actividades anuales son el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, el Centro de Educación y Capacitación para el Desarrollo Sustentable y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
A fin de fomentar el aprendizaje continuo, la Dirección General de Formación Continua a Docentes y Directivos, adscrita a la Secretaría de Educación Pública, se encarga de ofertar y guiar programas capacitación para el desarrollo profesional del personal docente con contenidos actualizados. Recientemente, ha presentado la Estrategia Nacional de Formación Continua (2021) en cuya sección “Formación Cívica y Ética y Vida Saludable” se menciona la protección ambiental. El cambio climático no se menciona de manera explícita.
En virtud de la premisa constitucional de que los docentes son actores fundamentales del proceso educativo, y a fin de garantizar una educación de excelencia y de conformidad con las directrices nacionales, en 2021 se presentaron las Reglas de Operación del Programa para el Desarrollo Profesional Docente. El programa tiene como finalidad el fortalecimiento del desarrollo docente a través de la formación continua. El programa también está en consonancia con los ODS, e incluye objetivos relativos a la calidad de la educación, la igualdad de género y el cambio climático. A través del programa se forma a personas comprometidas con la sociedad y respetuosas con el medio ambiente e interesadas en la sostenibilidad.
La Universidad Pedagógica Nacional persigue el objetivo de educar al personal docente del presente y el futuro de México. Ofrece programas de investigación, formación de posgrado y materiales actualizados sobre la docencia. Además, ofrece una Maestría en Educación Ambiental, en la que se adquiere una visión global de la prevención, la adaptación y la mitigación de los problemas ambientales. El programa de investigación Educación Ambiental para la Sustentabilidad se oferta a estudiantes de Pedagogía que estén interesados en profundizar en ámbitos conexos, como la educación ambiental para la sostenibilidad frente al cambio climático.
Otro organismo que contribuye a la formación de los docentes en México es la Academia Nacional de Educación Ambiental, un grupo de docentes e investigadores ambientales, procedentes principalmente de universidades públicas, que organiza congresos, foros, talleres y otras actividades a escala nacional para implementar, fomentar y reforzar la educación y la investigación ambientales.
La mayoría de los docentes pueden acceder fácilmente a la información didáctica que oferta la Secretaría de Educación Pública y sus organismos asociados. Por ejemplo, Clic para Docentes ofrece planes de estudios nacionales, una biblioteca digital, novedades, libros de texto y cursos de capacitación. Su curso Introducción al Cambio Climático busca formar al personal docente acerca de las causas y consecuencias de este reto mundial, y las posibles soluciones.
La biblioteca digital del sitio web de la Secretaría de Educación Pública ofrece material didáctico de apoyo a docentes que les ayuda a llevar al aula nuevos ámbitos de conocimiento. Entre dichos recursos digitales se encuentra el libro La sustentabilidad (2016), que busca ampliar el conocimiento del personal docente sobre cuestiones mundiales como el cambio climático para que se lo transmitan a las nuevas generaciones.
Gracias a los materiales y las investigaciones que elabora el Centro Mario Molina, los docentes pueden ampliar sus conocimientos sobre el cambio climático. Los docentes pueden acceder gratuitamente a recursos digitales como "Introducción al Cambio climático, manual para docentes". Además, también han organizado cursos de capacitación sobre el cambio climático.
Entre otras iniciativas, la Office for Climate Education ha puesto en marcha un proyecto piloto de cinco años, América Latina para la Educación Climática, a fin de promover la educación sobre el cambio climático en América Latina en torno a tres metas: el desarrollo profesional de los docentes, la creación de una comunidad de prácticas y la adaptación de recursos pedagógicos al contexto local. Se centra, primordialmente, en los docentes de primaria y secundaria, así como en los capacitadores y profesores.
Otra oferta para la formación docente acerca del cambio climático es el Curso Taller de Cambio Climático y Recursos Hídricos, del Centro de Información y Comunicación Ambiental de Norte América. En él se desarrollan temas generales del cambio climático y materiales didácticos que los docentes podrán emplear en el futuro.
iii. El cambio climático en la educación superior
En virtud de la Ley General de Cambio Climático (2012), el Gobierno de México debe colaborar con las instituciones de educación superior para mejorar las capacidades en ciencia, tecnología e innovación relativas al desarrollo sostenible, el medio ambiente y el cambio climático.
La Ley General de Educación Superior (2021) establece que el sector de la educación superior crea y difunde los conocimientos para generar soluciones nacionales e internacionales ante el cambio climático, preservar el medio ambiente y promover el desarrollo sostenible de México. La Ley promueve un desarrollo humano integral del estudiantado en la generación de conocimientos, en torno a aspectos como “el respeto y cuidado del medio ambiente, con la constante orientación hacia la sostenibilidad, con el fin de comprender y asimilar la interrelación de la naturaleza con los temas sociales y económicos, para garantizar su preservación y promover estilos de vida sustentables” (artículo 7).
En 2005, diferentes instituciones mexicanas de educación superior formaron la Red Nacional de Programas Ambientales Institucionales para la Sustentabilidad con el objetivo de impulsar la cooperación académica en lo que respecta al medio ambiente y la sostenibilidad. La región sureste ha sido muy activa, entre otras cosas en la promoción de talleres, capacitaciones, iniciativas de concienciación, gestión de riesgos, cambio climático y refuerzo de asuntos ambientales en el plan de estudios.
Algunas universidades ofertan programas de posgrado en materias relacionadas con el cambio climático. Por ejemplo, la Universidad Autónoma Metropolitana oferta una maestría en Energía y Medio Ambiente para formar a profesionales e investigadores con capacidad de abordar el consumo energético y los problemas ambientales.
El Centro de Investigación para el Desarrollo Sostenible (CIDES) es una institución académica que fomenta la investigación científica y tecnológica para el desarrollo sostenible. Oferta diplomas en ámbitos relacionados con la sostenibilidad, como el turismo sostenible, la educación y la economía. Los valores del Centro son, entre otros, la responsabilidad social y ambiental.
En 2000 se creó el Consorcio Mexicano de Instituciones de Educación Superior para la Sustentabilidad (Complexus), un grupo de universidades que fomentan varios proyectos, como los indicadores de sostenibilidad en las instituciones educativas superiores.
En 2019, la Sociedad Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ) de México, la Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey constituyeron la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de México. Su objetivo es colaborar a escala nacional y mundial con sus conocimientos especializados en ciencia y tecnología en favor del desarrollo sostenible, así como emprender iniciativas ambientales relacionadas con el cambio climático en las universidades. Otras universidades también se han unido a la red.
La Universidad Nacional Autónoma de México está comprometida con los ODS mediante proyectos de investigación, programas educativos, programas de servicios sociales y acciones de desarrollo sostenible en las que participa el estudiantado de educación superior. En el sitio web "La UNAM y los Objetivos de Desarrollo Sostenible" figuran casi 65.000 actividades académicas en torno al ODS 13, relativo a la acción por el clima.
La integración de la educación sobre el cambio climático en diferentes niveles se refleja en las iniciativas estudiantiles. Por ejemplo, la Red Universitaria de Cambio Climático es un espacio multidisciplinar que cuenta con el respaldo de la Universidad Nacional Autónoma de México y en el que el estudiantado aprende y amplía sus conocimientos sobre el cambio climático. Uno de los objetivos principales es colaborar en el aprendizaje y la concienciación sobre el cambio climático.
Según la Sexta Comunicación Nacional, los temas del cambio climático forman parte del plan de estudios de programas de la Universidad Nacional Autónoma de México, como la licenciatura en Manejo Sustentable de Zonas Costeras, una especialización en Educación Ambiental, y las licenciaturas en Ciencias Ambientales y Biología.
iv. El cambio climático en la formación y el aprendizaje de adultos
La Ley General de Cambio Climático (2013) sienta las bases para introducir el cambio climático en las instituciones y desarrollar sus capacidades al respecto, pues establece que corresponde a los municipios “promover el fortalecimiento de capacidades institucionales y sectoriales para la mitigación y adaptación” (artículo 9).
El desarrollo de capacidades para el cambio climático es un tema recurrente en la Estrategia Nacional de Cambio Climático (2013) y en el Programa Especial de Cambio Climático (2021-2024). Las políticas abogan por un mejor desarrollo de las capacidades de los empleados públicos en lo que respecta a los temas relacionados con el cambio climático.
Un elemento clave del trabajo del Centro de Educación y Capacitación para el Desarrollo Sustentable son los Centros de Educación y Cultura Ambiental; se trata de centros públicos, como zoológicos, parques y museos, que promueven la educación ambiental de la ciudadanía. Según la Sexta Comunicación Nacional, el Centro de Educación ha certificado a alrededor de 400 Centros de Educación y Cultura Ambiental. Nueve de ellos trabajan en torno al cambio climático y proporcionan acceso a educación, información científica y reglas.
El Gobierno mexicano apuesta por una mayor concienciación sobre el cambio climático a través del trabajo institucional. En la Sexta Comunicación Nacional (2018) se mencionan actividades de capacitación sobre el cambio climático para el funcionariado y la ciudadanía, como cursos en línea, diplomas, videos, conferencias y seminarios.
Algunas instituciones públicas han aumentado las iniciativas para formar a su personal en asuntos ambientales como el cambio climático. De conformidad con la Sexta Comunicación Nacional, dichas actividades incluyen charlas, conferencias, capacitaciones y consultas sobre consumo de energía, efectos del cambio climático, reforestación y otros temas.
i. Cambio climático y sensibilización pública
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) es una institución clave que colabora directa e indirectamente con los organismos independientes en materia del cambio climático. La SEMARNAT pone en práctica actividades como Medio Ambiente: Alternativas hacia un Futuro Sostenible, una serie de charlas o foros organizados con regularidad a través de Facebook. Tiene como finalidad mejorar el conocimiento de la situación actual y concienciar acerca de la adaptación y mitigación frente al cambio climático.
Según el informe presentado por México sobre la Acción para el Empoderamiento Climático de 2020, la primera encuesta nacional de opinión pública de la concienciación ciudadana sobre el cambio climático se realizó en 2017. Los resultados apuntan a que el 89% de las personas encuestadas han oído hablar alguna vez del cambio climático, pero solo el 39% lo comprenden en profundidad. De cada 10 personas, 7 creen que el cambio climático afecta a la población de México, pero solo 3 de cada 10 creen que frenarlo es responsabilidad de todo el mundo. Las personas con más formación y las más jóvenes son las que consideran el cambio climático como una prioridad para México. En la Sexta Comunicación Nacional (2018) se proporcionan los resultados integrales y un examen en detalle.
En 2020, la Dirección General de Televisión Educativa y el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático emitieron la serie El cambio climático nos toca. La serie está compuesta de cápsulas para que niñas, niños y adolescentes tengan mayor conocimiento del medio ambiente y transformar la conciencia colectiva a fin de hacer frente al cambio climático. La serie se centra en la educación basada en valores, concienciación, conocimientos y cambios de comportamiento que aumenten la resiliencia climática. Se abordan temas como la biodiversidad, las ciudades, las tierras, los hábitos, la desigualdad, la energía y sus relaciones con el cambio climático.
Otra iniciativa es Cinema Planeta, que lleva desde 2009 trabajando para despertar la atención pública y ofreciendo películas, filmes, proyecciones cinematográficas al aire libre, conciertos, talleres y otras actividades en torno al medio ambiente. Emplea la comunicación y la educación ambientales en aras de la concienciación ciudadana. Se celebra todos los años, en primavera, en Cuernavaca (México), y el programa de actividades se anuncia en sus redes sociales.
El Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático elabora continuamente campañas nacionales como, por ejemplo, “Cambio yo, cambias tú, cambia todo. El cambio climático nos toca” (2017). Esta campaña se difundió en los medios de comunicación tradicionales y mediante materiales de concienciación ambiental para resaltar la importancia de hacer frente al cambio climático. En el momento de elaboración del presente informe, no se dispone de información sobre el estado del proyecto.
En la Sexta Comunicación Nacional se destacan acciones en pos de la concienciación sobre la contaminación y la protección de los humedales, así como acciones frente al cambio climático del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático y otras instituciones.
ii. Cambio climático y acceso público a la información
En México, el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales garantiza dos derechos fundamentales: el acceso a la información y la protección de los datos personales. En 2020, México ratificó el Acuerdo de Escazú, que garantiza el acceso a la información ambiental y repercute directamente en una mejora de la concienciación, la educación, el desarrollo de capacidades y la cooperación pública en materia del cambio climático.
En el sitio web del Sistema Nacional de Cambio Climático se encuentra fácilmente información sobre indicadores del cambio climático, emisiones de gases de efecto invernadero, novedades, estadísticas, geografía, vulnerabilidad y adaptación mediante mapas interactivos, videos y documentos.
El sitio web oficial México ante el Cambio Climático es una contribución importante de los organismos gubernamentales dirigida a la ciudadanía, el mundo académico y los responsables de la adopción de decisiones. El sitio recopila documentación, investigaciones, noticias, material educativo, información sobre cooperación internacional e información jurídica, todo sobre el cambio climático.
La mayoría de la información gubernamental está recogida en el sitio web del Gobierno de México, que brinda acceso a noticias nacionales, datos del Gobierno y servicios, así como a información ambiental y sobre el cambio climático. Por ejemplo, se puede encontrar información buscando por "prevención del cambio climático", "causas del cambio climático" y "cambio climático". El Gobierno de México también ofrece información para el aprendizaje práctico y anima a la ciudadanía a mejorar sus hábitos para hacer frente al cambio climático.
La SEMARNAT ofrece información de acceso libre a través de documentos como el "Tercer informe de labores" (2020-2021) y del Programa Sectorial de Medio Ambiente y Recursos Naturales (2020-2024). En ambos documentos se incluyen datos, brechas, metas futuras, proyectos en curso y enlaces a documentos oficiales sobre el cambio climático, así como informes para las personas interesadas.
En 2016, la SEMARNAT consolidó sus publicaciones en un sistema central. En colaboración con organismos gubernamentales, el proyecto permite acceder a información sobre el cambio climático a través de un sitio web nacional en el que se promueve la educación, la capacitación y la comunicación. El sitio web se actualiza con regularidad y se anuncia en las redes sociales del Gobierno. Incluye información sobre cultura climática, destrezas y herramientas relativas a la respuesta del Gobierno y los aspectos de las políticas climáticas en México. El Gobierno también colaboró con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo en el desarrollo del sitio web De Frente al Cambio Climático, que ofrece información simplificada sobre el cambio climático y sus efectos en México.
El Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático ofrece un diario oficial sobre novedades del cambio climático llamado Gaceta Climática. Gracias a esta herramienta, las personas obtienen información sobre avances nacionales, asuntos ambientales y del cambio climático, noticias mundiales sobre el cambio climático, decisiones gubernamentales o no gubernamentales y acuerdos en materia del cambio climático. Se publica cada dos meses, aunque en el momento de elaboración del presente informe la edición más reciente es de julio de 2021.
iii. Cambio climático y participación pública
México permite la participación ciudadana en la formulación de políticas y la elaboración de programas sobre el cambio climático. En virtud de la Ley General de Cambio Climático (2012) (artículos 7, 8 y 68), los organismos responsables de las estrategias y programas sobre el cambio climático deben involucrar a la sociedad.
El Acuerdo de Escazú (2018) se incorporó en el marco jurídico de México para destacar el derecho de la ciudadanía a participar en las decisiones ambientales, el desarrollo sostenible y las decisiones que afectan a la ciudadanía mexicana. El Gobierno debe publicar la legislación relativa a cuestiones ambientales y obtener la aprobación de las partes interesadas.
El Programa Especial de Cambio Climático (2020-2024) está dirigido a diferentes grupos sociales, particularmente a los más vulnerables al cambio climático desde una perspectiva inclusiva. El Programa contribuye a la igualdad de género mediante medidas de empoderamiento que tiene por objetivo reducir las brechas sociales. El Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) participó en la elaboración del programa promoviendo las perspectivas de género en las políticas frente al cambio climático.
En una encuesta de 2020, el Programa Especial de Cambio Climático (2020-2024) examinó la participación ciudadana a fin de mejorar las prioridades y la formulación de políticas gubernamentales. Los resultados de la encuesta sugieren que la ciudadanía desea que se aumente y se mejore la comunicación y la educación sobre el cambio climático. En el momento de elaboración del presente informe, no hay información esclarecedora sobre si el Gobierno ha adoptado alguna medida al respecto.
Según la SEMARNAT, la participación pública es esencial para dar respuesta a las preocupaciones de la ciudadanía sobre el uso equitativo de los recursos naturales y la responsabilidad mutua de protegerlos. La SEMARNAT abre la puerta a la sociedad a través de consultas públicas, reuniones sobre proyectos de impacto ambiental y reuniones informativas sobre observaciones o propuestas públicas. En el momento de elaboración del presente informe, no había información pública disponible sobre la participación de grupos marginados en dichos proyectos.
Otra de las iniciativas de SEMARNAT fue Rompe con el Cambio Climático, un concurso anual que se celebró hasta 2015 y en el que se invitaba a grupos y organizaciones de jóvenes a emprender acciones contra el cambio climático. Concretamente, se les encargaba desarrollar ideas sobre qué puede hacer la juventud para enfrentarse al cambio climático. Los ganadores recibían un diploma y visitaban las zonas protegidas de México.
En la Sexta comunicación nacional (2018) se hace hincapié en la participación social como clave para conseguir que la sociedad comprenda la vulnerabilidad al cambio climático, lo que hará que los procesos de adaptación y mitigación resulten más sencillos. Una de las lecciones aprendidas es que “utilizar el método de 'aprender haciendo' facilita la adquisición de nuevas habilidades, el aprendizaje social, el empoderamiento de las comunidades, la construcción colectiva de conocimientos y la apropiación de las medidas” (pág. 529). En dicho documento, además, se informa de que 26 estados involucran a la ciudadanía en el cambio climático a través de comités o comisiones, pero, en el momento de elaboración del presente informe, solo 17 estados contaban con iniciativas para involucrar a la ciudadanía en asuntos relativos al cambio climático.
i. Seguimiento de país
México cuenta con un marco de gobierno basado en la transparencia. La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y sus organismos suelen ser los responsables de elaborar los informes ambientales. El Atlas Nacional de Vulnerabilidad al Cambio Climático, dirigido por la SEMARNAT y el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, utiliza indicadores nacionales para evaluar la vulnerabilidad al cambio climático en México en torno a asuntos específicos y recopila información para la formulación de políticas.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía es un organismo público e independiente que coordina el Sistema Nacional de Información Estadística y Geografía y se encarga de recopilar y difundir información sobre las tierras, la población y los recursos de México. El sitio web del sistema proporciona información sobre el clima en México y, mediante mapas climatológicos, sobre otros aspectos como la temperatura.
El "Tercer Informe de Labores" (2020-2021) de la SEMARNAT hace un seguimiento de colaboraciones como conferencias, planes y proyectos de investigación que ponen en marcha la SEMARNAT y las instituciones independientes sobre el medio ambiente, el cambio climático, la educación y la Acción para el Empoderamiento Climático. En dicho informe no se dan datos exactos al respecto.
La Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación se encarga de elaborar los indicadores nacionales de la mejora continua de la educación en México. En la versión de 2021 no se evaluó ni la educación sobre el cambio climático ni la educación ambiental. No obstante, se incluye información educativa de gran valor, como las tasas de escolarización, de asistencia entre indígenas, de analfabetismo, y de población estudiante por edad y género, entre otras.
El Gobierno de México trabaja constantemente para mejorar las contribuciones diarias al desarrollo sostenible. En las contribuciones determinadas a nivel nacional (actualizadas en 2020) se menciona la implementación de un Sistema de Información y Acciones de Transparencia para rendir cuentas y hacer un seguimiento de las acciones, particularmente del Programa Especial de Cambio Climático y de las contribuciones. La meta del Sistema de Información es garantizar que las políticas son progresivas y pueden mejorarse o reforzarse de manera gradual. En el momento de elaboración del presente informe no se disponía de más información sobre el proceso de dicho sistema.
ii. Seguimiento del proyecto MECCE
El proyecto de seguimiento y evaluación de la comunicación y la educación climática (MECCE, por sus siglas en inglés) examinó el marco curricular nacional de la Educación Básica (2011) de México, el nuevo plan de estudios para la Educación Secundaria Superior (2017) y el Programa Sectorial Educativo (2020) en busca de referencias a cambio climático, medio ambiente, sostenibilidad y biodiversidad.
El plan de estudios de la Educación Básica (2011) menciona ambiental en 2 ocasiones, pero no menciona cambio climático ni sostenibilidad o biodiversidad. El nuevo marco curricular para la Educación Básica de 2022 menciona cambio climático en 4 ocasiones. Medio ambiente se menciona 22 veces. Sostenibilidad no se menciona (pero se incluye una referencia a las prácticas culturales sostenibles y a las transformación de las comunidades). Biodiversidad se menciona en 1 ocasión.
En el nuevo plan de estudios de la Educación Secundaria Superior se menciona cambio climático 21 veces. Medio ambiente se menciona 104 veces; sostenibilidad, 71 veces, y biodiversidad, 13 veces.
En el Programa Sectorial de Educación (2020-2024) se menciona cambio climático en 1 ocasión, sostenibilidad, sustentabilidad y sostenible, 2, 12 y 82 veces respectivamente, y medio ambiente, en 4 ocasiones. Biodiversidad no se menciona.
Este perfil fue revisado por Édgar J. González Gaudiano, Director General de la Unidad de Estudios de Posgrado de la Universidad Veracruzana.